Xavier Foz, Joaquim Matinero, Cristina Carrascosa y José Ramón Morales son los profesionales del Derecho que han firmado el capítulo del libro relativo a las cuestiones legales que suscita la tecnología Blockchain (“Aspectos legales de los ICOS, Smart Contracts y DAO”). Y no son pocas. Estos nuevos conceptos y otros nuevos que irán surgiendo en el futuro tendrán que desarrollarse dentro de un marco regulador. En el siguiente video es José Ramón Morales quien habla con Alex Preukschat sobre algunas de estas cuestiones y del actual estado existente entre Blockchain, reguladores y profesionales del Derecho. ¿En qué situación legal nos encontramos?
En la actualidad, “se percibe mucho interés en aquellos bufetes que se han significado siempre por tratar de incorporar las últimas tecnologías” hasta el extremo que no son pocos los profesionales del Derecho que también se han involucrado en algunos proyectos a nivel internacional. En cuanto a los reguladores “están empezando a entender que ha surgido algo que tienen que entender porque a veces pierden el hilo de la evolución tecnológica y es imprescindible conocer lo que se avecina”. Pero en este estado embrionario, a pesar de estar “comprometidos” se mueven con cautela sobre cuestiones que, como Blockchain, “aún no están consolidadas, “falta ganar en escala y difusión para que los reguladores empiecen a tomar posiciones”.
Sin embargo, el encuentro tendrá que llegar, como ha llegado también en grandes sectores económicos como la banca, aseguradoras o eléctricas que “sí han mostrado mucho interés”, también los abogados de estas grandes empresas “que tienen mucho interés en aprender porque son muy conscientes de que la perspectiva jurídica de los contratos registrados en los Smart Contracts y toda la operativa recogida en una Blockchain les va a afectar muchísimo”. En realidad, un Smart contract “es una herramienta que permite integrar funcionalidades de transferencia de activos o transferencia de valor en el mundo blockchain, con capacidad de ser ejecutable en el mundo real al amparo de las leyes” además de poder cumplir con un programa propio de funcionalidades dentro de la Blockchain. Un contrato en el mundo jurídico es algo que las partes convienen y es exigible. En caso de incumplimiento por una de las partes se puede acudir a una fuente tercera para exigir el cumplimiento. Así que un Smart Contract es “cuasi perfecto” porque podría además auto ejecutarse “pero es verdad que desde el punto de vista legal se pide algo más y es que si por lo que fuera no funciona el software y no es capaz de auto ejecutarse se puede acudir a un tribunal para el exigir el cumplimiento a una de las partes”.
En España, para analizar la validez un Smart Contract hay que echar un vistazo primero a nuestro sistema legal que “como muchos otros de nuestro entorno se basa en que dos partes puedan ponerse de acuerdo y reconocer una vinculación. En la medida que un Smart Contract sea eso pues sería exigible legalmente aunque no esté expresamente regulado en las leyes españolas”. La clave para Morales “es que existan dos o más partes que tengan intención de vincularse, que haya un consentimiento efectivo de esas partes sobre un objeto –que puede ser la transferencia de un activo- a cambio de una contraprestación, normalmente, y a partir de ahí poder demostrar la existencia de ese acuerdo al respecto”. Un matiz importante está en el lenguaje utilizado para esa formalización, como puede ser un lenguaje en código informático. En este caso, “se presupone que las partes conocen y entienden dicho código porque sino el consentimiento estaría viciado y no sería válido” así que ahora, en este contexto la figura de los programadores -que entiendan y hablan el código informático- es importante para que sea otorgarle validez plena.
Así que es probable que el abogado del futuro, tenga que añadir a su formación propia, conocimientos informáticos, “porque vas a tener que ser capaz de entender código informático y cómo construir el Smart Contract de tal forma que opere en el mundo legal y en la propia plataforma Blockchain para que cumpla con su programa de ejecución de forma adecuada”. Un futuro donde “necesitaremos esas capacidades propias o el apoyo de profesionales” aunque poco a poco los futuros abogados están también incorporando estos conocimientos informáticos. “Ese es el camino para formar completamente a estos profesionales futuros”.
JOSÉ RAMÓN MORALES CÁCERES
Abogado, socio de Garrigues responsable de grupo de Tecnología & Outsourcing, especializado en aspectos corporativos, transaccionales y regulatorios de proyectos tecnológicos y digitales, con amplia experiencia en proyectos y compañías relacionados con servicios y contenidos digitales, comercio electrónico, servicios financieros online y FinTech, Smart Cities, industria 4.0, social media, servicios y aplicaciones móviles.